viernes, 8 de agosto de 2008
Exiled people queuing
En un lugar desolado triste y frío
estábamos haciendo la cola
para entrar a comer a un local varios exiliados
como los latinos-chilenos
sobre todo que llevan 30 años en Europa
y entre ellos, con nosotros, estaba el Dalai Lama.
Cuando ya nos tocaba entrar al local
donde estaba calientito y había comida,
el Dalai Lama se lanzaba con seguridad y confianza
a instalarnos una mesa al lado de un muro,
o con un muro como protección para la espalda
y yo, ya entusiasmada, me ponía a ayudar
pegando al techo unos listones o cintas de colores
para honrar a nuestro invitado especial.
6.08.08 mañana visita Francia
Dans un lieu désolé triste et froid
nous faisions la queue
pour entrer manger dans un local
on était plusieurs exilés, des latinos de Chili
la plupart vivant en Europe depuis plus de 30 ans
et parmi nous était le Dalaï-lama.
Quand enfin arrivait notre tour de rentrer au local
où il faisait chaud et il avait de quoi manger,
le Dalaï-lama se lançait avec sureté et confiance
nous installer une table à côté d’un mur,
ou avec un mur qui nous protégeait le dos
et moi, toute heureuse, me mettais à aider
en collant au plafond des rubans de couleurs
pour rendre hommage à notre invité d’honneur
6.08.08
Esto después de haber leído en www.michelcollon.info sobre el dinero de los norteaméricanos que ha recibido el Dalai Lama, que francamente me desilusionó mucho, pero en este sueño no puedo abandonarlo, en el contexto de los exiliados. Además de que el actúa tan humano + egalitario como uno más de nosotros.
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